El recuerdo de la ejecución en la hoguera de un misionero revivió ayer en Sevilla. El cuadro Beato Tomás de Zumárraga, de Francisco de Zurbarán (Fuente de Cantos, Badajoz, 1598-Madrid, 1664), es la estrella de la próxima subasta de Arte, Información y Gestión, empresa perteneciente a Cajasol. El precio de salida del óleo de Zurbarán es de 350.000 euros. La puja, en la que se subastarán pinturas, esculturas y joyas por valor de 2,3 millones de euros, se celebrará el 14 de abril en el Centro Cultural Cajasol (Laraña, 4).
Beato Tomás de Zumárraga fue pintado entre 1630 y 1635. La obra, que mide 99 por 122 centímetros, figura entre los últimos hallazgos vinculados al artista extremeño. El cuadro formaba parte de una colección particular sevillana. La noticia del martirio de varios frailes dominicos en Japón sacudió la ciudad. El cuadro dedicado a Zumárraga buscó que su ejemplo perdurara. Zurbarán pintó un drama sin sangre en el que destaca la vehemencia espiritual del dominico.
La directora de Arte, Información y Gestión, Carmen Aranguren, comentó que en 2009 se vendieron en subasta dos zurbaranes por 600.000 euros (Madrid) y 800.000 euros (Londres). Este año se ha vendido una Santa Dorotea del maestro extremeño por 2,6 millones de euros en Nueva York.
Pero la obra de Zurbarán no es el único atractivo de la subasta. Los 655 lotes (417 de pintura y escultura y 238 de joyas) ofrecen un mosaico de propuestas de lo más diverso. Un anónimo del siglo XVIII reproduce la Procesión de rogativa por falta de lluvias del Santo Crucifijo de San Agustín ante el Ayuntamiento de Sevilla. Su precio inicial es de 90.000 euros.
El siglo XIX está representado con Patio de caballos de la plaza de toros de Sevilla, de Phillip Villamil, un pintor procedente de Jamaica. Su precio de salida es de 36.000 euros. La puja de El crítico, óleo de José Jiménez Aranda (Sevilla, 1837-1903), comenzará por los 42.000 euros. El cuadro del pintor sevillano muestra a un hombre que, ataviado con peluca y gran casaca, sopesa con cierta arrogancia el trabajo de un artista. No hay que ser un lince para suponer que a Jiménez Aranda no le inspiraba demasiado cariño el crítico retratado.
El siglo XX tiene entre sus mejores piezas el original de una de las tres ilustraciones que hizo José Caballero (Huelva, 1916-Madrid, 1991) para el Llanto por Ignacio Sánchez Mejías, de Federico García Lorca. Su salida en subasta es de 25.000 euros. Se trata de un dibujo a tinta china titulado La cogida y la muerte. Los trazos de Caballero están marcados por el surrealismo. Otras obras reseñables pertenecen a Manuel Ángeles Ortiz, Teresa Duclós y Carmen Laffón (un retrato del Rey realizado en papel con un precio de salida de 5.000 euros).
Varios lotes del pintor Guillermo Pérez Villalta, un dibujo de Luis Gordillo y un lienzo de Pepe Espaliú conforman otras ofertas de la subasta, cuyas obras se exponen al público hasta el día de la puja. El grupo El Paso presenta trabajos de Rafael Canogar, Lucio Muñoz y Luis Feito. También hay obra gráfica de Joan Miró, Eduardo Chillida y Antoni Tàpies, entre otros.
Para los golosos de las joyas no metafóricas la subasta ofrece diamantes, rubíes y esmeraldas. Un collar de coral japonés con un broche de oro cuajado de brillantes y zafiros puede comprarse a partir de 20.000 euros. Ánimo y al toro.
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