Viajar en busca de la felicidad

“Buscamos la felicidad, pero sin saber dónde, como los ebrios buscan su casa, sabiendo que tienen una”. Esta frase, del filósofo y escritor francés Voltaire, resume la constante peregrinación del hombre en busca del bienestar.
La escritora francesa Françoise Sagan acuñó un concepto más preciso: “La felicidad consiste en gozar de buena salud, en dormir sin miedo y despertarme sin angustia”; en tres palabras: equilibrio, paz y tranquilidad.
Hoy día decenas de personas se dedican a ofrecer la felicidad como destino, o por lo menos, algunos recorridos que sirvan para atenuar los problemas que constantemente aquejan a la gente.
El médico y sexólogo Miguel Sira es uno de los tantos profesionales que utilizan el turismo como excusa para dotar a sus pacientes de herramientas que les permitan solventar sus situaciones.
Sexualidad, parejas, metas, solteros son algunos de los temas que Sira aborda en los talleres que organiza cada dos meses en el Ávila. “Al principio trabajábamos en salones de hoteles, pero nos dimos cuenta de que la gente reacciona mejor en otros espacios”, comenta.
El Rancho de Manolo, en el Camino de los Españoles, y el Museo de las Piedras Soñadoras son los dos escenarios donde el médico dicta sus charlas. “El Ávila es un lugar donde la gente se puede despejar; además, a la mayoría no le gusta ir a sitios de playa porque eso implica ponerse traje de baño”.
Sea como sea, Sira encontró el lugar perfecto para incentivar a la gente a pensar, desestresarse e interactuar, en medio de un paisaje montañoso, árboles y flores, clima frío y mucha tranquilidad.
El próximo taller de Miguel Sira será el 15 de mayo en el Rancho de Manolo y se llama El lenguaje de la seducción, destinado a hombre y mujeres, adultos y solteros, que deseen optimizar sus herramientas para conseguir pareja. Otros dos tópicos que Sira aborda en sus charlas es qué tipo de pareja quieres para 2010 y cómo salir de una relación tormentosa.
Todas estas actividades son teórico-prácticas y están ambientadas en los mágicos parajes de El Ávila. “Yo no le ofrezco a los asistentes encontrarles una pareja, sino enseñarle la manera de conseguir una y mantenerla”.
El paquete incluye, además del taller, la subida a El Ávila, almuerzo y un paseo al Fortín de San Joaquín. Pero como las actividades se realizan en posadas, si es del gusto del participante, puede pernoctar en el lugar y retornar al día siguiente.
Piedras de mar
El Jardín de las Piedras Marinas Soñadoras es el tesoro mejor cuidado de Zóez, “El Jardinero”, como popularmente se le conoce en Galipán. Este museo ecológico está constituido exclusivamente por piedras extraídas del mar, y con ellas Zóez ha construido varias obras con las que el visitante puede interactuar como quiera.
Es un lugar lleno de magia y espiritualidad, con varios circuitos pétreos con los que se puede jugar, pero que, sutilmente, suscitan la reflexión en torno a uno, dos o más asuntos: la paciencia, el equilibrio, el libre albedrío, la naturaleza. Quienes quieran quedarse a dormir allá pueden hacerlo en habitaciones acondicionadas para ello.
A que Manolo
El Rancho de Manolo es una posada ubicada a mil 600 metros de altura en pleno Camino de los Españoles, a unos 15 minutos después de Puerta de Caracas. Allá se llega en rústico desde Caracas.
Las habitaciones, el restaurante y las instalaciones, en general, son muy sencillas. Los mayores encantos del lugar, además de la atención de Manolo y de las propias excursiones, son el disfrute de la montaña, el poder deleitarse con los amaneceres y atardeceres.
Más información
www.sexologica.com, www.galipan.net

Renacer en Sanare

En las montañas de Sanare, en Lara, se encuentra la posada Tierra Blanca, un lugar espléndido, rodeado de naturaleza. Allí, un grupo de profesionales, especialistas y holísticos, dictan talleres para incentivar la sanación del espíritu.

Sentir, crecer como persona y ser cada vez más amorosos y tolerantes son sólo algunas de las metas que persiguen con el programa Despertando tu Ser, orientado específicamente a la mujer, a quien prometen ser cada vez más saludable, feliz, libre y próspera.

Tierra Blanca es una cálida arquitectura con siete habitaciones, cada una tiene una pequeña terraza con hamaca para disfrutar de intensos y crepusculares atardeceres. Allí la consigna, cuando no hay talleres o
actividades especiales, es hacer nada.

Levantarse tarde, reposar en una hamaca, leer un libro, cabalgar por la montaña o bañarse en los pozos mágicos, donde el agua fría reactiva el espíritu.

Más información: (0253) 514.6028, (0414) 480.4145. Correo: despertandotuser@posadatierrablanca.com.