La tecnología destinada a la investigación y el diagnóstico perinatal sigue desarrollándose cada vez con mayor celeridad. Ahora, un estudio confirma las ventajas que puede tener la resonancia magnética a la hora de realizar autopsias a fetos.
La revista 'The Lancet' se hace eco de dicho trabajo, que ensalza las propiedades de esta prueba de imagen y que no es sino un paso más en el camino para crear un verdadero forense virtual.
El uso de la tecnología médica en autopsias no es algo novedoso. Lleva varios años investigándose, no sólo con esta prueba de imagen sino también con otras, como la tomografía axial computerizada (TAC). En este contexto, un grupo de científicos ha comparado la viabilidad de realizar autopsias a fetos con la resonancia tradicional de 1,5 teslas y con la de alto campo, de 9,4 teslas (las unidades para la medición del campo electromagnético).
Para evitar técnicas invasivas, que no siempre son necesarias, los investigadores defienden la utilización de otras técnicas que ya se realizan ante los casos de aborto, tales como un examen externo del feto, una histopatología de la placenta o radiografías, con tal de no realizar un método tan invasivo como es la disección del feto para examinarlo. La novedad, no obstante, es la incorporación de la resonancia en los exámenes post mórtem para conocer las causas que provocan el aborto.
Esta técnica no invasiva, según los científicos, podría hacer que la experiencia que rodea los acontecimientos tras la muerte de un hijo sea menos dura. Una autopsia convencional suele ser siempre un proceso más traumático para los padres.
La investigación se llevó a cabo examinando 20 fetos de menos de 22 semanas de gestación a los que se les iba a realizar una autopsia convencional en el Hospital Infantil Great Ormond o en el Hospital University College London (ambos en Londres, Reino Unido). Finalmente, además del examen post mórtem convencional, se les realizaron los dos tipos de resonancia magnética.
Tanto la resolución espacial, como el contraste de los tejidos y la calidad de imagen de todos los sistemas orgánicos fueron mejores en las de alto campo. Además, todas las estructuras anormales detectadas por la autopsia típica y el examen de las vísceras también pueden llevarse a cabo con este tipo de resonancia.
Así pues, la conclusión a la que han llegado es que toda la información que se puede obtener de una autopsia normal puede conseguirse igualmente a través de una resonancia magnética de alto campo.
Inconvenientes
La utilización de la resonancia magnética también tiene limitaciones, ya que pueden identificarse hemorragias intraventriculares, sangrado de la matriz o hematomas en el cerebro que en realidad no se han producido, pudiendo dar lugar a resultados erróneos.
Otro de los inconvenientes es que, independientemente de la fuerza de campo de la resonancia, no se dispone del tejido para realizar un diagnóstico histológico. Aunque este examen es parte esencial de una autopsia perinatal convencional, su utilización presenta dudas cuando los abortos se deben a malformaciones del feto. En esos casos, la resonancia puede ser el examen idóneo puesto que los tejidos del feto no se verían dañados al no practicarle una autopsia invasiva.
En un editorial adjunto, también publicado en 'The Lancet', Martha Cohen, del Hospital Infantil de Sheffield (Reino Unido), se pregunta si se está preparado logísticamente para acometer autopsias de este tipo, ya que actualmente hay un acceso limitado a los escáneres y no hay suficiente personal especializado para realizar e interpretar las imágenes de las resonancias si esta práctica se generalizara.
En España se sigue realizando la autopsia tradicional
En nuestro país también se realiza esta prueba de imagen, pero en ningún caso como sustitutivo de la autopsia tradicional. Antes de realizarla, se lleva a cabo una resonancia magnética, ya que es de gran ayuda para detectar malformaciones congénitas fetales así como para examinar "el sistema nervioso central, el sistema cerebral y malformaciones cardiacas", según explica la doctora Isabel Guerra (del servicio de Anatomía Patológica del Hospital de Txagorritxu, Vitoria). Una vez se realiza la prueba, se procede a la autopsia.
La razón de esta prueba previa es tener mayor seguridad en el diagnóstico final. El inconveniente es que la interrupción del embarazo sucede, en buena parte de los casos, en un estado bastante prematuro, con lo que los órganos son todavía muy pequeños y dificulta mucho el realizar un diagnóstico.
En EEUU o Reino Unido, la resonancia sí está autorizada como autopsia. Una de las razones, según Guerra, es la dificultad de conseguir la autorización de los padres para realizar la técnica tradicional invasiva.
La revista 'The Lancet' se hace eco de dicho trabajo, que ensalza las propiedades de esta prueba de imagen y que no es sino un paso más en el camino para crear un verdadero forense virtual.
El uso de la tecnología médica en autopsias no es algo novedoso. Lleva varios años investigándose, no sólo con esta prueba de imagen sino también con otras, como la tomografía axial computerizada (TAC). En este contexto, un grupo de científicos ha comparado la viabilidad de realizar autopsias a fetos con la resonancia tradicional de 1,5 teslas y con la de alto campo, de 9,4 teslas (las unidades para la medición del campo electromagnético).
Para evitar técnicas invasivas, que no siempre son necesarias, los investigadores defienden la utilización de otras técnicas que ya se realizan ante los casos de aborto, tales como un examen externo del feto, una histopatología de la placenta o radiografías, con tal de no realizar un método tan invasivo como es la disección del feto para examinarlo. La novedad, no obstante, es la incorporación de la resonancia en los exámenes post mórtem para conocer las causas que provocan el aborto.
Esta técnica no invasiva, según los científicos, podría hacer que la experiencia que rodea los acontecimientos tras la muerte de un hijo sea menos dura. Una autopsia convencional suele ser siempre un proceso más traumático para los padres.
La investigación se llevó a cabo examinando 20 fetos de menos de 22 semanas de gestación a los que se les iba a realizar una autopsia convencional en el Hospital Infantil Great Ormond o en el Hospital University College London (ambos en Londres, Reino Unido). Finalmente, además del examen post mórtem convencional, se les realizaron los dos tipos de resonancia magnética.
Tanto la resolución espacial, como el contraste de los tejidos y la calidad de imagen de todos los sistemas orgánicos fueron mejores en las de alto campo. Además, todas las estructuras anormales detectadas por la autopsia típica y el examen de las vísceras también pueden llevarse a cabo con este tipo de resonancia.
Así pues, la conclusión a la que han llegado es que toda la información que se puede obtener de una autopsia normal puede conseguirse igualmente a través de una resonancia magnética de alto campo.
Inconvenientes
La utilización de la resonancia magnética también tiene limitaciones, ya que pueden identificarse hemorragias intraventriculares, sangrado de la matriz o hematomas en el cerebro que en realidad no se han producido, pudiendo dar lugar a resultados erróneos.
Otro de los inconvenientes es que, independientemente de la fuerza de campo de la resonancia, no se dispone del tejido para realizar un diagnóstico histológico. Aunque este examen es parte esencial de una autopsia perinatal convencional, su utilización presenta dudas cuando los abortos se deben a malformaciones del feto. En esos casos, la resonancia puede ser el examen idóneo puesto que los tejidos del feto no se verían dañados al no practicarle una autopsia invasiva.
En un editorial adjunto, también publicado en 'The Lancet', Martha Cohen, del Hospital Infantil de Sheffield (Reino Unido), se pregunta si se está preparado logísticamente para acometer autopsias de este tipo, ya que actualmente hay un acceso limitado a los escáneres y no hay suficiente personal especializado para realizar e interpretar las imágenes de las resonancias si esta práctica se generalizara.
En España se sigue realizando la autopsia tradicional
En nuestro país también se realiza esta prueba de imagen, pero en ningún caso como sustitutivo de la autopsia tradicional. Antes de realizarla, se lleva a cabo una resonancia magnética, ya que es de gran ayuda para detectar malformaciones congénitas fetales así como para examinar "el sistema nervioso central, el sistema cerebral y malformaciones cardiacas", según explica la doctora Isabel Guerra (del servicio de Anatomía Patológica del Hospital de Txagorritxu, Vitoria). Una vez se realiza la prueba, se procede a la autopsia.
La razón de esta prueba previa es tener mayor seguridad en el diagnóstico final. El inconveniente es que la interrupción del embarazo sucede, en buena parte de los casos, en un estado bastante prematuro, con lo que los órganos son todavía muy pequeños y dificulta mucho el realizar un diagnóstico.
En EEUU o Reino Unido, la resonancia sí está autorizada como autopsia. Una de las razones, según Guerra, es la dificultad de conseguir la autorización de los padres para realizar la técnica tradicional invasiva.
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