Arte, revolución y colonialismo en la Bienal de Pontevedra

Eugenio Granell y André Breton se conocieron en Santo Domingo, donde forjaron una larga y prolífica amistad que dejó huella en la obra del surrealista coruñés. Los vínculos artísticos entre Galicia y los países del Caribe centrará desde este viernes la Bienal de Pontevedra, que celebra este año su 31ª edición. Ut(r)ópicos, el nombre con el que ha sido bautizada la muestra, estará abierta hasta septiembre en Pontevedra, Vigo y Vilagarcía y en el Centro Galego de Arte Contemporánea (CGAC) de Santiago.

"Dedicar la Bienal a Centroamérica y al Caribe es dedicarla a Galicia", aseguró el conselleiro Roberto Varela, que ayer presentó el evento en Santiago junto al presidente de la Diputación de Pontevedra, Rafael Louzán, y el comisario, Santiago Olmo, que desentrañó para los medios las siete exposiciones que darán vida a Ut(r)ópicos. La emigración y el exilio de artistas gallegos como Maruja Mallo, Arturo Souto, Eugenio Granell o Castelao será el centro de Traxectos de ida e volta, el espacio dedicado en la Bienal a la retroalimentación entre las formas artísticas del Caribe y Galicia. "El arte y la cultura gallegas no podrían entenderse sin la emigración a América Latina", aseguró Roberto Varela. La obra de los vanguardistas gallegos se expondrán junto a la de los caribeños Wifredo Lam, Emilia Prieto o Max Jiménez.

Pero la emigración no será el único eje de Ut(r)ópicos. También tendrán cabida artistas locales, como la cubana Tania Bruguera o la guatemalteca Regina Galindo, conocida por sus performances sobre la violencia política durante la guerra civil en su país. Este ciclo, Archivacción, correrá a cargo de la artista gallega Carme Nogueira y supone el encuentro de los artistas jóvenes con los problemas políticos y sociales de sus países. La historia reciente de Centroamérica será retratada en El aguacero, la siesta, el cañaveral y el tabaco, un recorrido por la presencia en el arte del trabajo, la política, las revoluciones y la pobreza. Bautizada con un verso del poeta cubano Virgilio Piñeira, cuenta con la participación de Donna Conlon, que ha trabajado sobre la construcción del canal a principios del siglo XX. La destrucción de la industria azucarera cubana, la inestabilidad política y la huella en el arte de los discursos post-coloniales de Aimé Cesaire y Frantz Fanon también tendrán cabida en una Bienal cuyo presupuesto final de 600.000 euros será compensado, en palabras de Varela, "por el impulso de visitantes del Xacobeo".

La muestra, que este año desborda la provincia de Pontevedra con un ciclo dedicado al cine de Chano Piñeiro en el CGAC, pondrá el acento en los procesos migratorios en Centroamérica y en la educación a través del arte, tomando como punto de partida el trabajo de las Misiones Pedagógicas de la República, muchos de cuyos miembros terminaron exiliados en los países del Caribe. "Es una deuda que tenemos con nuestra emigración", admitió Louzán.
DIANA MANDIÁ - Santiago -