En una cueva de Valporquero 23 horas atrapados bajo tierra

A algo más de 1.300 metros de altitud, bajo el pueblo de Valporquero, la montaña de Castilla y León esconde una de las cuevas más espectaculares de España. Siete salas visitables y plagadas de turistas en temporada alta y un nivel inferior sólo apto para expertos, un 'Curso de Aguas' que durante casi tres kilómetros atraviesa la montaña hasta las espectaculares Hoces de Vegacervera de León.

En época de lluvias o deshielo, el arroyo de Valporquero entra en la cueva hasta perderse en un impresionante salto hacia las profundidades. Cuando la crecida es mayor de lo previsto, la cosa se complica y el paradisiaco escondite se convierte en una trampa.

El pasado fin de semana, el río creció más de la cuenta y tres espeleólogos valencianos quedaron atrapados 23 horas en el interior de la cueva. "Éramos seis los que estábamos recorriéndola, pero cuando quisimos remontar el río para salir nos dimos cuenta de que era inviable. Lo que normalmente se hace en 15 minutos, nos costó más de seis horas... La fuerza del agua y la crecida del río nos obligó a esperar y decidimos dividirnos", recuerda M.M., una de las expedicionarias.

El grupo se partió en dos. Tres de los espeleólogos decidieron arriesgar e intentar salir de la cueva en busca de ayuda. Los otros tres, agotados, se quedaron. Uno de ellos con un fuerte golpe en la rodilla que le impedía continuar. M.M. también esperó dentro. "No es una cueva complicada normalmente, pero cuando crece el agua se convierte en muy peligrosa. Era imposible salir. Teníamos de todo: comida, iluminación y mantas térmicas pero lo peor fue la incertidumbre de no saber si nuestros compañeros lograrían salir".

La expedición entró a la cueva a las 10 de la mañana del sábado. A las tres de la madrugada del domingo, tres de ellos lograron salir. A las 9 de la mañana consiguieron rescatar al resto con ayuda del Grupo de Rescate Especial de Intervención en Montaña de la Guardia Civil (GREIM) y de varios voluntarios de la empresa Guheko, dedicada a la multiaventura en las cuevas.

"A mí me preguntaron antes de entrar y les dije que con lluvia, yo no me metería. Pero son expertos barranquistas y quisieron probar. Nosotros organizamos visitas en verano hasta con niños de 13 ó 14 años pero cuando llueve es otra cosa", explica Julio Montes, de Guheko. Otra cosa que duró 23 horas.