La ciencia es una ficción

Viajes a través del tiempo, invasiones extraterrestres o el descubrimiento de nuevos planetas forman un verdadero resurgir de la ciencia ficción en todo el mundo y también en nuestro país, donde las películas y las series del género se ubican entre las más vistas y buscadas por los espectadores. Qué hay detrás del fenómeno y cuáles son las causas de una nueva pero conocida manera de contar historias

Pueden ser los viajes temporales que desde la quinta temporada empezaron a sufrir los personajes de la serie televisiva Lost. O el éxito de taquilla logrado recientemente por el film Avatar. Incluso las aventuras de los comandantes de la nave Galáctica o, por qué no, el resurgir de la vieja tira de culto V, Invasión Extraterrestre. Pueden ser esos ejemplos y mucho más, pero lo cierto es que de un tiempo a esta parte la ciencia ficción parece experimentar un boom tanto en las pantallas hogareñas como en la de los grandes cines. El género atraviesa uno de sus mejores momentos, y mientras las series de su tipo se multiplican con el correr de los días, el número de seguidores crece a igual intensidad aquí y en el resto del planeta.

Lo que ocurre en la pantalla chica con las series es todo un indicio. Las nuevas entregas televisivas que se encuadran en dichos géneros, según un estudio realizado hace poco por el diario inglés The Guardian, no siguen la línea más optimista de la ciencia ficción de los 60, tipo Star Trek, sino que se mueven por los mismos impulsos que provocaron la aparición de las grandes novelas del género a finales del siglo XIX y reflejan la sociedad y el mundo contemporáneo aunque estén ambientadas en el futuro.

Tanto Héroes, como Lost o Battlestar Galactica, por dar algunos ejemplos actuales y cercanos a nuestros televidentes, son hijas del siglo XXI y, según quienes analizan el fenómeno, reflejan el estado de desconcierto e inseguridad en el que está sumido el mundo (o, más bien, Estados Unidos) desde el 11 de septiembre de 2001. Personas normales desarrollan determinados poderes ante un riesgo inminente, otras se encuentran atrapadas en un mundo con otras reglas en el que su supervivencia depende del grado de confianza que tengan en los otros, y los terceros son perseguidos por unas máquinas que ellos mismos crearon y deben decidir si vivir bajo el miedo y la amenaza justifica saltarse cualquier principio legal y moral.

Durante esta temporada 2010, las cadenas estadounidenses estrenaran un buen número de series de este género que abarcan viajes en el tiempo, los temás clásicos del terror, como los vampiros (Moonlight) o los extraterrestres (Them) y los humanos con superpoderes (Bionic Woman). ¿Es pura coincidencia que todas las productoras vayan por el mismo camino? Para muchos, simplemente, el momento en el que vivimos no se diferencia mucho del final del siglo XIX, en el que las revoluciones y las guerras coloniales "parieron" clásicos como La guerra de los mundos.

En lo que hace al cine, el caso Avatar es todo un ejemplo de como la imaginación busca en la ciencia un lugar donde inspirar una historia. ¿Realidad o ficción? Difícil imaginarse seres gigantes y azules o montañanas flotantes como las que muestra el film. Sin embargo, tras el éxito de taquilla de la obra de James Cameron, científicos de varias partes del mundo salieron a decir que no es disparatado pensar en una luna gaseosa como la de Avatar. Es más: según los astrónomos, actualmente poderosos telescopios como el Hubble hacen posible vislumbrar espacios en el universo hasta ahora desconocidos para nosotros y que, incluso, tengan geografías algo similares a las que plantea la ficción.

Colin Stuar, de hecho, un astrónomo del Observatorio de Greenwich en Londres, apuntó en los últimos días que "con la tecnología actual se puede llegar a descubrir la composición de la atmósfera de esos planetas. El metano y el oxígeno son los signos reveladores y si los hay, se puede hallar vida". De esta forma se podría confirmar las especulaciones de aquellos que creen en la existencia de vida extraterrestre.

Pero no fue el único que salió a dar esperanzas de vida en otros planetas. Lisa Kaltenegger, astrónoma del Centro de Astrofísica de Cambridge, Massachussets, reveló que existe una posibilidad de que un planeta llamado Pandora como el de Avatar exista y "sólo está esperando ser descubierto".

Aunque de muy diferente trama, algo parecido puede decirse de la famosa serie Lost, cuyos viajes temporales generados por la iniciativa Dharma buscan todo el tiempo mantener algún contacto con la realidad científica, aunque más no sea una ciencia que, contradicción mediante, aún no pudo ser demostrada científicamente.

En esta serie, de hecho, además de los viajes temporales, cada temporada busca recalar en algún tema que haga contacto directo con la ciencia, como ocurre por ejemplo en los capítulos donde se trata el "efecto casimir" o el electromagnetismo de la escotilla (primera y segundas temporadas). Sobre este interés repetido de la serie, Carlton Cuse, uno de sus creadores, contó hace poco: "No tenemos un panel de expertos, si bien tenemos a Greg Nations, que es el coordinador de guiones, y es alguien a quien vamos en busca de datos específicos. Internet es también algo hermoso y maravilloso, y nosotros tenemos nuestras propias áreas de experticia. Damon (el otro productor) es un real comic geek y yo soy algo más como un geek de la ciencia. Estudié física en la escuela y mi padre es ingeniero. Creo que si bien no tengo un conocimiento profundo en ciencia, siento que mi cerebro trabaja en ese sentido, y me doy cuenta de si tiene sentido algo o no. Luego vamos con Damon a encontrar algún experto o algún dato fáctico para poder apoyar lo que queremos contar en la narrativa".

Según la visión del fenómeno que planteaba recientemente The Guardian, además del contacto que siempre se busca mantener entre realidad científica y la ficción a la hora de hacer un producto de este tipo, todas estas series reflejan aspectos de nuestra sociedad actual, ya sea la desconfianza hacia los que son diferentes, la dificultad por encontrar nuestro lugar en el mundo o esa omnipresente "guerra contra el terror" y, tal vez por eso, y por tratar a sus personajes de una manera realista, han conseguido atraer a un público cada vez más amplio.

En tren de aprovechar este furor, las cadenas televisivas de Estados Unidos no sólo preparan nuevas series del género, sino que están dispuestas a tomar viejos éxitos y devolverlos al mundo actual. Ejemplo claro de ello es el inminente lanzamiento en nuestro país de la remake de V, una serie que supo ser de culto en los años ochenta y que cuenta la llegada de extraterrestres a nuestro planeta en un plan supuestamente pacífico. Ahora, dicen los productores, el misterio y los lagartos seguirán siendo los mismos, pero los problemas que se desarrollen en la Tierra tendrán más que ver con la sociedad del siglo XXI que con aquella que mostraba una sociedad americana a la que todavía le resultaba cercano el recuerdo de la guerra fría. Otros tiempos. Otras tramas. Pero el mismo género. El mismo éxito.